Llevaba semanas con dudas, ir o no ir al Auto Retro 2017. Por un lado como buen aficionado a los clásicos en general y miembro de la Asociación, mi lado positivo, decía que no podía faltar al Salón internacional del vehículo clásico en Barcelona, que ya va por su edición trigésimo cuarta, cosa que lo convierte en uno de los más importantes del sur de Europa. Por otro lado, mi lado más crítico me aconsejaba desistir dado que personalmente no me aportaba ninguna novedad en las últimas ediciones que pude visitar.
Llevaba semanas recibiendo info, vía redes sociales, de lo que iba a acometer esta edición, en primera impresión no grandes novedades, cosa que reforzaba a mi lado mis critico apoyado por un precio de 15 € la entrada y que no ayudaba a una decisión final positiva.
Cuando ya creía tener mi decisión tomada en dirección a un no, en un último suspiro apoyado por uno de mis mejores amigos y la curiosidad en que se podía cocer en la sección de recambios, decido sacar mi entrada para el sábado por la mañana, previsiblemente el día de máxima afluencia del salón.
En la llegada me encuentro con Toni Garcia y su incombustible y preciosa Impala Rally, junto al corralito de los compañeros del Moto Club Impala. Tras saludarlo y aprovechar para ver en directo esa Impala de colección, me adentro al Pavellón principal, pero con decisión hacia la zona de recambios, dejo para mas tarde la zona de exposición, competición y corralito de venta entre particulares.
Llego a la zona de recambios y salvando la sección de coche, que conozco poco, me encuentro en la sección de moto con más de lo mismo. Que significa más de lo mismo? Pues que las paradas y paradistas son las mismas que hace años y que las mismas que cualquier salón de moto clásica que puedas recorrer por toda la penisnula. Conclusión muy rápida, ninguna novedad y esos 15 € empiezan a escocer. Aprovecho la ocasión para saludar a gente que me me hace ilusión, conversaciones y cambios de impresión de como esta el sector de la moto clásica.
Tras pasar gran tiempo de la mañana en la sección de recambios, me adentro en la zona de exposición. Salvo el precioso homenaje al gran carrocero Pedro Serra, sigo con mi opinión sobre el Auto Retro, mas de lo mismo y los mismos coches en exposición que las otras ediciones, pero esta vez echo en falta a Seat Coches Clásicos y su preciosa colección de fabrica.
Cambio de pavellón y entro en la zona de competición, quizás la que mas me motiva, pero tampoco encuentro grandes sorpresas, salvo una preciosa expo sobre el Circuit de Montjuïc y algunas joyas como la Ducati o Montesa de las 24h. A destacar también la bonita colección del parque de vehículos de los Bomberos de Barcelona, autenticas joyas.
Después me desplazo a la zona del corralito de venta entre particulares, en la que encuentro joyas de colección que si tuviera mi cartera llena me acompañaría de vuelta a casa, pero que de momento solo deleita mi vista.
Por ultimo, vuelvo a la zona de recambios para echar un vistazo tranquilo a la zona de coches a escala y libros, en los cuales encuentro cosas muy curiosas, sobre todo en la sección de libros y revistas.
Cuando me disponía a salir del recinto para volver a casa me encuentro que en la plaza exterior daba comienzo una sección llamada «Start your engines» famosa frase utilizada para arrancar los motores en las 500 millas de Indianapolis, pues bien, me tras chafardear veo que lo que consiste es en arrancar y dar algunos acelerones a diferentes vehículos de competición expuestos.
Empezamos con una Yamaha 2T de competición, preciosa, y que suena a música celestial, seguida por la Bultaco 250 TSS con la que Juan Bultó se ha proclamado campeón en USA 2017, pero en los vehículos viene la debacle.
Salvando un precioso R5 Turbo 2 «Culo gordo» de calle, seguimos con un Peugeot 106 Gr.N, que suena como cualquiera de los que tienen los chavales con tubarro, seguido de un BMW 323 de calle y R5 Alpine mas Tunning que otra cosa. Pensando que quizás hubiera sido mas interesante traer viejas glorias de competición que nos hubiera deleitado a los mas puristas, decido poner fin a mi visita al Auto Retro 2017.
Conclusión mientra vuelvo hacia la moto:
Que le pasa al AutoRetro? Donde esta ese Salón del vehículo clásico que tanto me maravillaba y que provocaba que me costara volver de vuelta a casa.
Estamos hablando de un Salón Internacional, en el cual no descubro ninguna novedad sorprendente y en la que el sección de recambios me confirma en mis pensamientos que el futuro esta en internet y no en las ferias.
La zona de expo deja que desear, Porsche, Ferrari, Mercedes.. Esta bién, pero los clásicos son muchas mas marcas y quizás el interés en coches más utilitarios que no exclusivos, en cualquier de las miles de concentraciones de clásicos que hoy en día hay en cualquier rincón de la geografía, podremos encontrar una oferta mayor a la de Auto Retro.
Me pregunto… hay demasiadas ferias? esta el sector saturado? Falta entrada de aire fresco en todos los sentidos? El precio dela entrada se corresponde con lo que nos ofrecen?
Lo veremos en los próximos años, pero mi conclusión es que creo que hace falta un giro de 180º y buscar nuevas motivaciones, a un sector que apasiona a mayores y pequeños y que tiene que seguir siendo uno de los pilares de nuestro patrimonio automovilístico.
Lo preocupante, es que no es mi conclusión, he podido confirmar que es la conclusión de muchos de los visitantes de Auto Retro.